Civitavecchia es una ciudad que tiene sus raíces en la historia y la arquitectura. En este artículo, te guiaremos por los lugares más fascinantes, desde las antiguas fortificaciones hasta la espléndida catedral, para descubrir el patrimonio cultural que hace que esta ciudad sea tan especial.
Artículo 5: "Historia y Arquitectura de Civitavecchia: Tesoros por Descubrir"
Introducción
Civitavecchia es una ciudad rica en historia y arquitectura, donde cada rincón cuenta historias fascinantes. Si te encanta sumergirte en el pasado, estos lugares te dejarán sin palabras.
1. Fuerte Miguel Ángel
Uno de los símbolos de la ciudad, construido en el siglo XVI por orden del Papa Julio II y atribuido al propio Miguel Ángel. Este majestuoso fuerte es una visita obligada para quienes visitan Civitavecchia.
2. Los Baños de Taurine
A pocos kilómetros de la ciudad, encontrarás estos antiguos baños romanos, un lugar perfecto para quienes desean viajar en el tiempo y descubrir cómo vivían los antiguos romanos.
3. La Catedral de San Francisco de Asís
Construida en el siglo XVIII, la catedral es un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca. El interior, con sus frescos y decoraciones, es una verdadera obra de arte.
4. El Puerto Histórico
Uno de los puertos más antiguos de Italia, aún en uso hoy en día, es una fascinante mezcla de modernidad y tradición. Caminando por el puerto, encontrarás evidencia de su larga historia.
Conclusión
Civitavecchia es un tesoro escondido para los amantes de la historia y la arquitectura. ¡Planifica tu visita y descubre todo lo que esta fascinante ciudad tiene para ofrecer!






El Puerto de Civitavecchia tiene una historia milenaria que se remonta a la época del Imperio Romano. Fue el emperador Trajano (98-117 d.C.), a menudo recordado con el título honorífico de Optimus Princeps (el mejor príncipe), quien decidió construir un nuevo puerto que complementara el ya existente Puerto de Ostia, que se había vuelto insuficiente para satisfacer las necesidades de Roma.
La Fundación del Puerto de Civitavecchia
Trajano encargó al arquitecto Apolodoro de Damasco el diseño y la construcción del puerto, que fue edificado entre los años 106 y 110 d.C. El sitio elegido para la obra era una ensenada natural, conocida entonces como Centumcellae, nombre que, según algunos historiadores, derivaba de las numerosas bahías de la costa o de las estructuras portuarias y residenciales presentes en la zona.
El puerto era una infraestructura de vanguardia, equipada con:
- Dársenas protegidas por dos imponentes muelles curvilíneos.
- Un faro monumental, similar al de Alejandría en Egipto.
- Almacenes e infraestructuras para el comercio.
- Carreteras conectadas con Roma, que facilitaban el transporte de mercancías.